Si nuestros esforzados legisladores no hacen caso por darle luz verde a la Ley de Convivencia Universal que solicita la comunidad lésbico gay, ¿no será que sienten pasos en la azotea?
¿ O que en verdad, muy dentro de ellos, en lo más profundo de su renegrida conciencia son discriminatorios?
Los chicos y chicas de la comunidad lésbico gay deberían de presionar a los diputados para que trabajen y por fin tengan luz verde para poder casarse y ejercer todos los derechos que por el simple hecho de ser personas tienen.
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