SEGURIDAD

Muere electrocutado un Sargento del Ejército al tratar de reparar un horno

 En los instantes en que se disponía a arreglar un horno de microondas propiedad de su amigo, un Sargento Primero Administrativo de Sanidad del Ejército Mexicano murió electrocutado debido a una descarga eléctrica que se suscitó cuando este meneaba el cableado del aparato.

Según información de la policía el día de ayer Gerardo Aguilar Maldonado de 35 años de edad, con domicilio en la calle Francisco I. Madero número 51 del centro de la capital del estado se encontraba de visita en la vivienda de su compañero del que únicamente se supo que es también Sargento Segundo y que vive en la calle Magdaleno Leyva de la colonia Plan de Ayala.

Se dijo que querían calentar alimentos en el horno de microondas y se dieron cuenta que este no funcionaba.

Fue en esos momentos que Gerardo Aguilar Maldonado se dispuso a verificar qué era lo que le pasaba al aparato electrodoméstico y lo abrió con un desarmador para tratar de componerlo.

La sorpresa para su compañero Sargento Segundo se dio cuando un tronido fuerte se escuchó en su vivienda de la colonia Plan de Ayala, por ello corrió a ver qué fue lo que había ocurrido y sólo encontró tirado a su compañero Gerardo Aguilar, quien tenía huellas visibles de quemaduras.

Intuyó de inmediato que se había electrocutado porque el aparato sacaba chispas y mucho humo, por ello llamó de inmediato al número de emergencias para que los paramédicos de la Cruz Roja le brindaran los primeros auxilios.

En el lugar se ordenó que Gerardo Aguilar Maldonado fuera trasladado de emergencia al Hospital Militar, donde lo atendieron por varias horas.

Sin embargo los esfuerzos fueron infructuosos, ya que la descarga eléctrica afectó órganos vitales en el interior del cuerpo de Gerardo Aguilar, por ello horas más tarde de la descarga falleció en ese nosocomio.

Al lugar arribó el Agente del Ministerio Público del Fuero Común y realizó las diligencias correspondientes, sin embargo, los militares compañeros del occiso y la esposa del occiso, María Félix Cabrera, además de la mamá Reyna Maldonado Nájera no permitieron que el cuerpo fuera trasladado al Servicio Médico Forense capitalino, por ello únicamente se le practicó un reconocimiento externo al cuerpo por el médico legista.